Después de escribir tantas entradas sobre el Hipertexto, tenía ganas de reflexionar sobre el impacto que este nuevo conocimiento tiene en mi perspectiva médica. El hipertexto puede ser varias cosas: un documento construido a partir de enlaces entre nodos, la técnica para construirlo, pero también un modo de entender el conocimiento y la sociedad.
Fue Vannebar Bush el primero en plantearse en que pensamos de modo asociativo, saltando de una idea a otra en función de relaciones que se establecen en nuestra mente. Él quería construir una máquina que funcionara así.
De forma simplificada: los componentes del hipertexto son los nodos (fragmentos textuales de información), los anclajes (puntos que se relacionan con otro nodo) y los enlaces (mecanismos que nos llevan de un anclaje a un nodo). Si los aplicamos a otros aspectos menos tecnológicos podríamos decir que el hipertexto es una forma de construirnos (nuestra identidad) o de construir la sociedad, en la que vamos estableciendo enlaces de unos nodos a otros, hasta tejer una red (como ocurre en internet). Igual que cada uno de nosotros puede seguir una ruta de lectura de un hipertexto diferente, según los enlaces que activemos y los nodos que seleccionemos, nuestra vida se construye de forma diferente en función del cmaino particular que cada uno seguimos por los diferentes nodos que la vida va poniendonos al alcance.
¿Qué tiene que ver esto con la medicina? Bueno, yo entiendo que la Medicina de Familia es una actividad hipertextual. Los pacientes tienen múltiples historias que contar, múltiples fragmentos de historias, nosotros tenemos múltiples fragmentos de conocimiento que aplicar a los pacientes, experiencias diferentes, etc. hasta conformar una red de posibles caminos (rutas de lectura) que dependen del paciente, del profesional y del momento. Así que cada atención es única, en cada consulta escogemos unos enlaces determinados (y los activamos con preguntas, por ejemplo, o con consultas a partes determinadas de la historia) y vamos construyendo una textualidad que es particular y única de ese momento. Por eso cada médic@ puede hacer una historia dfierente con el mismo paciente, porque los nodos que activa no pueden ser exactamente los mismos.
Cuanto más nodos tengamos en nuestra red (más conocimientos, conocimientos más amplios, más diversos, más habilidades, y más experiencias) más posibilidades de construir una ruta diferente, más rica cada vez. Y eso es lo que tenemos l@s médic@s de familia. Nuestro caos es nuestra riqueza y la del paciente.
Pero por eso mismo cada consulta es única, no podremos repetirla exactamente igual en otro momento, porque basta un enlace diferente para cambiar la historia. Por eso cada consulta es especial y única, un tesoro.
Ya he mencionado en otro post que la literatura hipertextual es demasiado complicada para atraerme, porque hay más esfuerzo en la activación de enlaces que en la narrativa (lo que llaman literatura ergódica), creo que las consultas siguen siendo narrativa hipertextual, en la medida que activar nuevos enlaces no nos suponga un gran esfuerzo. Eso se consigue con el aprendizaje y la experiencia. Si estamos más concentrados en qué vamos a preguntar, qué pruebas vamos a pedir, qué partes de la historia voy a consultar, puedo perderme la narración del paciente. Es importante, por tanto, mantener la consulta como narrativa (hipertextual pero narrativa, el fin y al cabo).