Médicos de familia para todo, menos para médicos de familia

En esta semana, en días consecutivos, caen en mi manos y en mi mente, comentarios, artículos, columnas y pensamientos similares: los nuevos médicos de familia no quieren/desean/eligen trabajar haciendo medicina de familia.

Está idea ya me había rebotado en otros momentos en los últimos años. En una ocasión uno de mis residentes en su rotación rural me lo explicó claramente: en urgencias del hospital tomas decisiones siguiendo protocolos bastante claros: haces A, B, C y decides si es tuyo o no, y si es tuyo, tampoco son tantas cosas, hay un acontecimiento concreto, el urgente, al que prestas asunto. Aquí todo se mueve en una nebulosa de múltiples acontecimientos y consideraciones, en los que las decisiones están demasiado abiertas. Es mucho más complicado y agotador.

Esta semana, un MIR me contó que muchos de sus co-R saldrán de la atención primaria y se dedicarán a la estética. Ayer, veo una columna de John Launer, en el BMJ, en el que aborda el mismo problema: los GP británicos se van desplazando a prácticas médicas de estilo de vida (Estética, nutrición, etc.).

Hoy, en Bluesky, descubro un artículo reciente del Annals of Family Medicine, en el que analizan el desplazamiento de los médicos de familia de Ontario (Canadá) a prácticas más focalizadas, menos integrales.

Hace unos años, un compañero de profesión, que tras muchos años, había decidido hacer otra especialidad diferente, me confesó: es mucho más fácil, te dedicas a un órgano concreto, a veces, a una enfermedad concreta. Te puedes mantener al dia con todo lo que se publica, se avanza y los cambios. Es difícil que no sepas todo lo que tienes que saber en una consulta concreta.

Sin que pueda aportar datos, lo cierto es que muchos MF de mi entorno van desplazándose de la consulta de atención primaria a otras tareas, más concretas, desde la gestión a la atención a grupos poblacionales específicos.

Eso no significa que no queden(mos) quienes seguimos intentando mantener la integralidad y longitudinalidad de la atención en MF. Pero es un síntoma que hay que abordar e investigar, o terminaremos con el paciente (metafóricamente).

¿Qué hace que los profesionales huyan de la atención integral/generalista? ¿Será que se sigue considerando lo fácil de la medicina y se sigue viviendo realmente como lo más difícil? Esa dicotomía entre lo que todos piensan que hago, lo que realmente hago, lo que los gestores piensan que me cuesta hacer, lo que me dan para hacerlo bien (en términos de tiempo para pensar fundamentalmente) y lo que realmente me cuesta cada día hacerlo bien, es una carga que va minando a los profesionales.

¿Será que la formación está orientada a la resolución de la pregunta concreta y correcta (todo son test) y con la pérdida de la práctica del pensamiento complejo, el esfuerzo diario para recuperar la atención a lo complejo es superior al beneficio obtenido? Beneficio como reconocimiento, como emolumento, como satisfacción.

Cada vez hay más evidencia del beneficio para la sociedad de la longitudinalidad, de una atención primaria fuerte. Cada vez hay menos incentivos (de todo tipo) para mantenerse en ella y más para salir a una atención fragmentada en programas parciales y focales (siempre patrocinados por políticos y gestores de lo publicitario). ¿Sabemos lo que estamos haciendo y el futuro que estamos creando?

Volviendo al artículo de Launer, lo que me queda es esa sensación de que formamos médicos para que se dediquen a tratar a personas sanas, insatisfechas, pero sanas al final. Podemos ampliar infinitamente la noción de enfermedad, desde una perspectiva muy constructivista o normativista (el nombre depende del autor) y decir que quien va a una clinica de estética está, por definición, enfermo. Pero lo cierto es que la mayoría de usuarios no se sienten enfermos, solo quieren mejorar ciertos elementos de su aspecto exterior.

¿Podríamos culpar a los que se van? ¿No será que se van porque durante muchos años hemos estado incidiendo en la atención a personas sanas (para evitar que enfermen) y nos hemos desentrenado en el ver una y otra vez a personas enfermas (mucho más difíciles, complejas y exigentes en lo que a lo profesional se refiere)? ¿Estaremos cosechando los resultados de nuestra insistencia de que lo más importante es atender preventivamente?

Los cambios culturales nunca son unicausales y casi nunca transparentes. Los médicos y médicas de familia no viven en una sociedad paralela. Han crecido en un marco de referencia. Y el que tenemos ahora no invita a sacrificarse por los demás, a perder salud y dinero para que los demás lo ganen. Sobre todo porque los demás tampoco van a cuidar de los MF. El individualismo no es solo cosa de economistas, es de todos.

Sumando, sumando, a veces me resulta difícil explicar a un/a residente de MF el porqué merece la pena estar aquí y hacer esto. Porque yo he asumido las « pérdidas » que me produce (o me compensan, en mi marco de ideas y valores, los beneficios que obtengo), pero no tengo fuerzas para exigir a otros que hagan lo mismo.

4 respuestas a «Médicos de familia para todo, menos para médicos de familia»

  1. Hola Mariola, me encantan tus reflexiones. Yo soy internista, terminé la residencia hace cinco años, y coincido bastante con lo que expones. Cuando se habla de falta de médicos no veo que haya habido un éxodo a otros países de Europa, si no que muchos médicos de familia están trabajando en Urgencias y otros repitiendo especialidad. Y lo de los másteres de estética se está viendo bastante últimamente también. Saludos.

    1. Gracias por comentar.
      Creo que hay muchos factores. Uno, y no menor, es que hacer una especialidad es casi un paso obligatorio (como los másteres en otras carreras universitarias). En muchos casos, un proceso para llegar a otros caminos. Y en otros casos, un desencanto con lo que han encontrado o miedo al futuro que podrían tener. Pero también una medicina, tanto en familia como en interna y un poco menos en pediatría/geriatria, que es contracultural, que no se enfoca a la dedicación a un campo concreto que se pueda dominar, sino a la incertidumbre y la complejidad.
      Los generalistas no son bien vistos en una sociedad que premia el conocimiento muy especializado.

  2. (Perdona, continuo el comentario anterior). En mi especialidad también pasa un poco algo similar, el objetivo de muchos compañeros es tener una consulta monográfica o dedicarse a un área concreta dentro de la Medicina Interna. En consulta recibimos muchos pacientes con astenia o dolor crónico, con una gran imbricación de los condicionantes sociales, laborales… El vínculo con los pacientes cada vez es menor, el objetivo es que en dos o tres consultas les puedas dar el alta. Y, a pesar de ello, estamos asediados por la lista de espera. En la planta muchísimos pacientes crónicos, o muy ancianos, con gran protagonismo nuevamente de los condicionantes sociales, con los que hay que adentrarse en territorios que se salen de los caminos marcados por guías y protocolos, y sentarse a conocerse, establecer alianzas terapeúticas, trabajar en equipo con trabajo social, hacer una buena transferencia a primaria en el momento del alta. Yo no llevo mucho en esto pero ya veo que así no se pueden llevar diez o doce pacientes en planta. El trabajo no se reparte de manera equitativa y la recompensa al que trabaja bien es… más trabajo. Con los mismos recursos. Muchas horas entregadas al trabajo que salen del tiempo de descanso y formación. Estoy bastante pesimista pero leer tu blog me resulta balsámico.

    1. Totalmente de acuerdo. No se reconoce la dificultad de la atención a pacientes complejos, que además son los menos glamurosos en términos de “caso clínico interesante”, pero que son tan únicos e irrepetibles que no valen las soluciones precocinadas.
      Y también en que, si lo intentas hacer bien, cada vez tendrás más trabajo (y menos “fama”).
      He conocido residentes de especialidades muy focales que desean terminar para dedicarse a una consulta monográfica. Me contaba un compañero, tutor de MFyC, q una residente de otra especialidad q rotaba con él le preguntó sorprendida cómo podía ser que no supiera de antemano a qué venía el paciente a consulta. Eso la estresaba.
      Gracias por contarme el efecto de mis escritos. A mí me ayuda a pensar, pero es una alegría que pueda ser útil a alguien más.
      Espero poder ver cómo cambia la formación para proporcionar a las médicas del futuro herramientas y competencias suficientes para que sean capaces de disfrutar esta medicina de la complejidad y la relación.
      Abrazos.

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