Llevo tiempo dándole vueltas a esta idea. ¿Hay una forma perfecta de ser médica? ¿Hay una combinación perfecta de cualidades, habilidades, conocimientos, que hacen de una persona una médica perfecta?¿Cómo expresar esa combinación. si la hay?¿La hay?¿O es posible determinar un único marco de referencia para practicar la medicina y entonces no hay que hacer ninguna combinación? entonces he cogido un lápiz y siguiendo algunos de las propuestas de Javirroyo en Dibujo, luego pienso, me ha salido algo curioso.
Leonardo da Vinci dibujó al Hombre de Vitruvio para mostrar el modo en que el hombre (no la mujer) perfecto se encajaba en dos imágenes geométricas, el círculo y el cuadrado. ¿En qué figura geométrica encajaría la médica perfecta?
La primera idea que me viene a la cabeza es una figura muy simple: un cuadrado. La médica perfecta se sustentaría sobre un cuadrado que representa un único modo de pensar y enmarcar la medicina (sea la ciencia, por ejemplo). Tiene un suelo firme, con unos límites adecuados, te mueves en un mapa conocido y tienes la capacidad de dominarlo. Como el tapiz de una gimnasta, puedes recorrerlo en todas sus diagonales, en su superficie, puedes separar tus pies un poco del suelo y volar haciendo algunos saltos mortales y tirabuzones pero en seguida vuelves a la seguridad de los pies en el suelo.
Pero no todo el mundo es capaz de vivir tranquilamente en un espacio tan controlado. Algunas médicas necesitarán un poco más de cobijo. Y entonces, además del suelo firme bajo tus pies, puedes buscar un techo. El más simple, el que se cubre sin aristas, el cono. Por supuesto, ahora hay que elegir qué pones en el suelo y qué pones en la cobertura. ¿Ciencia y arte?¿Arte y ciencia?¿Humanidad y ciencia? Con esto ya puedes acercarte un poco más a la medicina basada en la evidencia (que no es solo ciencia, y realmente necesita tres superficies: ciencia, experiencia y preferencias -del paciente-), aunque a muchos profesionales ya les vale (ciencia y experiencia).
Pero podemos complicarlo mucho más. La medicina tiene muchas caras. hay muchas X-based-medicine, por decirlo de alguna manera. aunque cada una de ellas aspira a ser el suelo y que las demás ronden apoyadas, lo cierto es que casi todas aportan algo y casi todas pueden ser, en algún momento, la que usemos como apoyo principal mientras ponemos las manos en otras para mantener un equilibrio:
– medicina basada en la evidencia (ya dicho, necesita la menos 3 caras)
-medicina (basada en) narrativa
-medicina centrada en el paciente
-medicina centrada en la persona
-medicina personalizada
-medicina gerencializada (o empresarializada en su versión privada)
-medicina basada en la afectividad
-medicina comercializada
-medicina humanizada
-medicina basada en la etiqueta
Algunas de éstas tienen definiciones, cuerpos teóricos y prácticos y mucha bibliografía, otras son una forma de expresar realidades que tal vez no tienen nombre concreto. Pero es una manera de dar forma a la complejidad para poder pensarla.
Cuantas más caras incorporemos a nuestro poliedro, más opciones tendremos de ser flexibles y adaptar nuestra «medicina» a las necesidades de los pacientes. Por supuesto, también necesitaremos más energía para decidir en cada momento sobre que cara vamos apoyarnos y mover todo el poliedro en ese sentido. Si añadimos caras infinitamente terminaremos por tener la cara perfecta …

Pero la cara perfecta nos deja inestables, incapaces de apoyarnos, sujetos al movimiento constante, tal vez sin capacidad de elección. Más cómodo, sin gastar nuestra energia, pero de nuevo con una sola superficie en la que apoyarnos, homogénea. Todas iguales, haciendo lo mismo, con la perfecta perfección de lo perfecto.
Tal vez la médica perfecta tenga que ser necesariamente imperfecta, para poder adaptarse a la vida de las personas individuales, ninguna perfecta. Tal vez tengamos que aceptar que ser imperfectas es nuestra perfección.