Así nos va…los de pueblo no hacemos medicina y no nos merecemos tenerla

Como cada año, dejà vù repetitivo, tras terminar la fase de elección de plaza en el MIR surgen las múltiples voces que hablan y hablan del por qué se quedan plazas libres, muchas plazas libres, de MFyC (Medicina Familiar y Comunitaria). Hablar, hablar y hablar mucho pero hacer, hacer nada.

El problema es muy complejo y yo dejaría de fiarme de cualquiera que aporta una causa única y una solución única (lo de la causalidad compleja es bastante difícil de comprender para culturas de una causa-una enfermedad-un tratamiento).

En fin, yo no voy a dar la solución ni la causa del problema. Solo voy a comentar una gota, gota gorda eso sí, que posiblemente esté contribuyendo más al problema que a la solución.

Estaba yo tranquilamente desayunando y he oido en RNE al presidente de la Organización Médica Colegial decir (algo así como… no es literal) que la medicina ya no es cosa de una persona, un fonendo y dos sillas, que no se puede practicar medicina en consultorios remotos (y no tan remotos) porque la medicina de verdad se hace en los hospitales, en equipos multidisciplinares y con mucha tecnología a mano. ¡Ch… esa! (supongo que mañana se podrá oír de nuevo el clip en la web).

Es un dime qué sociedad y qué medicina quieres pero sin decirme cuales son tus principios y tu marco filosófico. Profundicemos en esa declaración:

– la medicina no la hacen los médicos y las médicas: realmente, en el contexto sociocultural e ideológico neoliberal, la medicina la hace la tecnología, las personas son accesorias (y un lujo, tal vez). Así nos va, caminito de la sustitución por la IA. Claro, lo de poner tecnología en los consultorios rurales tampoco se piensa. Los de pueblo no saben nada de gadgets.

– la multidisciplinariedad significa médicos, cada uno dominando un cachito del cuerpo del paciente, intentando montar el puzzle de la enfermedad biológica. Lo de multidisciplinar como trabajo en equipo con enfermería, administrativos de salud, trabajadores sociales, cuidadores formales e informales, escuelas, ayuntamientos, colectivos vecinales…¡NO! Los médicos solo son equipo con otros médicos. Lo extra-cuerpo no forma parte de su concepto de enfermedad (no sea que nos rebelemos contra las condiciones laborales y sociales).

– es que no se aprende si trabajas en remoto. Esto, en combinación con alguien que considera la tecnología como algo fundamental, suena a contradicción interesada. Verán, hoy en día, incluso en remoto, se puede aprender, dialogar y contactar.

La solución que plantean es quitar los consultorios remotos (si nadie quiere ir, los quitamos). ¿No se les ha ocurrido hacerlos más atractivos, con beneficios laborales, económico y formativos, superiores a los de los médicos de hospital? Por supuesto, la parte en la que un montón de personas se quedan sin asistencia sanitaria de calidad, no entra en su concepto (será que nadie los obliga vivir en el pueblo y no migrar al a ciudad).

Como mujer y médica rural me ha parecido de una estrechez mental tan grande que no creo que sea capaz ni de reflexionarlo (él, no yo, que y a pienso bastante en esto). El presidente de la principal organización médica de España considera que los médicos no son la parte fundamental de la práctica de la medicina. Que sin gadgets no somos nada.

Tal vez deberían, por esos lares, estudiar un poco sobre qué es “tecnología” (que no son solo aparatos con botones y voces automatizadas), el papel de lo humano y la relación en la práctica médica, la longitudinalidad (esa tecnología que no interesa a nadie pero que salva más vidas que ninguna otra). Tal vez deberían conocer a algunos pocos más médicos y médicas de pueblo, que somos algo más que los rellenadores de las recetas de los “verdaderos médicos del hospital”, de aprender que la salud y la enfermedad no son solo conceptos biológicos ligados al cuerpo, sino sociales y culturales y mediados por las condiciones de vida. No sé, tal vez deberían pensar antes de hablar o, al menos, dejar claro lo que piensan de nosotros, sin ocultarlo bajo panfletos de falsa preocupación.

Y dejar de decirles una y otra vez, a los estudiantes de medicina, hasta que lo tienen bien metido en sus neuronas más profundas, que solo son médicos los del hospital y a eso es lo que tienen que aspirar. Los perdedores se van a Atención Primaria y cuanto más lejos, más perdedor.

Así nos va…

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